Noticias

MEEPLE EN PRÁCTICAS. Ahora no cariño, me duele la cabeza…

Por Morbell.

Algunas frases están grabadas a fuego en el imaginario colectivo de la sociedad. Y cuántas veces son usadas como “excusa” para evitar algo que no apetece, ¿Verdad?

Es probable que a muchos de los que lean estas líneas les suene la siguiente conversación: “Cariño… He conseguido un juego nuevo a un precio estupendo. Y la partida solo dura 90 minutos. ¿Lo probamos?”Bueeeeeno, cielo, es que… Sabes que no me van mucho los juegos de mesa. Además, ahora tengo un dolor de cabeza tremendo. Otro día, ¿Vale? Te quieeeeeeeero“.

Por supuesto ese prometido, (y aplazado en más de una ocasión), “otro día”, suele ir acompañado de multitud de razones de peso tan serias como: tengo mucha trabajo, hay que hacer las tareas, no estoy de humor o ¿Y si salimos a dar un paseo y comemos fuera?

La desesperación va inundando lentamente tu espíritu y te preguntas qué puedes hacer para convencer a tu pareja de que, jugar a juegos de mesa, es muy entretenido, fomenta la creatividad y el buen humor y te ayuda a sociabilizar.

Cierto es que existe ese formato de parejas en las que ambos son grandes jugones y aunque esa es la fantasía de cualquier jugón o jugona, cuando uno de nuestros vicios es echar cuatro o cinco horas delante del tapete, la realidad es que esas parejas escasean y  que para muchos grandes “desconocedores” de este tipo de entretenimiento, jugar a un juego de mesa es un rollo, que encima les obliga a entender muchas reglas extrañas o, peor aún, les quita tiempo de otras actividades más sugerentes, como puede ser actualizar su perfil de Instagram.

Por lo tanto, la cosa se complica. Queremos contagiar nuestra pasión por los tableros a nuestra pareja y cada vez que lo intentamos nos  encontramos un callejón sin salida. Por mi parte os puedo decir que soy el primero que me encuentro en esa situación y, con mucho esfuerzo, paciencia y cariño, poco a poco, voy logrando que se siente conmigo a jugar. Incluso alguna vez me lo ha propuesto sin decirle nada, y no, no tenía fiebre. Pero. ¿Cómo lo logré? Aquí van unos cuantos consejos que me ayudaron a mí.

  • Busca un aliado poderoso que colabore contigo en la gesta titánica. En mi caso tengo la fortuna de haberme criado con padres que siempre han disfrutado jugando a juegos familiares y de cartas. A ver, “de casta le viene al galgo”.  Esto sumado a que, desde bien pequeño he jugado a todo tipo de juegos de mesa con los peques de la casa, hace que sea más fácil convertir una tarde de pelis o series, en una de juegos. Al principio fue el Virus, el Rummy, el Uno o el Parchís. Pero con el tiempo, eso ha ido tornando en otras opciones como Marrakech, Stone Age o Splendor.
  • Organiza quedadas con amigos jugones que incluyan cenita en casa y luego un juego de mesa. Entiendo que con la situación actual, a causa del COVID, no es para hacer un fiestón. Pero, unos test de antígenos, un par de parejas, algo de picoteo rico, unas copas y… Anda, mira lo que han traído nuestros amigos… ¡Un Carcassonne! Qué feo que lo paseen sin abrirlo siquiera, ¿No crees? Además, la siguiente vez, en casa de ellos, el juego os tocará llevarlo a vosotros.
  • Invita a tu pareja un día a acompañarte a un evento que organice un ayuntamiento o una asociación cultural de juegos de mesa. Dile que va a ser solo un rato y cumple tu palabra. Sentaros en una mesa de un juego sencillito, de una temática que elija tu pareja o que sepas que le gusta, y luego invítala/o a comer a ese sitio que le encanta. Recuerda, las buenas experiencias de un mismo día, se suelen asociar en nuestros recuerdos. Otro día puede ser más sencillo que se repita el plan.
  • Si todo falla, y ves que no vas a conseguir tu propósito, solo queda una opción… Busca un grupo de juego, ya sean tus amigos o una asociación, como Círculo de Isengard, hazte socio o pásate a conocerles. Alli podrás pegarte una buena sesión de juegos de mesa y “quítate el mono”. Quién sabe. A lo mejor un día le da por acompañarte o, si tienes críos, ir todos en familia y descubrir una nueva forma de entreteneros todos juntos.

Claro que muchos pensarán que esto es una quimera y que su pareja nunca entrará por el aro. Sin embargo, mi experiencia es que, teniendo una pareja al lado que no se ofusca pierda o gane, que no tiene preferencias por ningún tipo de juego y que prefiere una peli romántica antes que cualquier cosa que se parezca a un tablero; a día de hoy, me ha acompañado a varios eventos de juegos, siempre con los peques claro. Ya no me echa (mucho) la bronca cuando me da por comprarme un juego nuevo y hasta me ha regalado alguno. Conoce varios juegos y me pega soberanas palizas a ellos. Propone jugar cuando se terminan los deberes. Y, aunque sea difícil de creer, incluso ha aceptado alguna que otra vez jugar a juegos solo para dos personas… ¿Un milagro? Que va, solo paciencia, cariño y, sobre todo, no presionar. A fin de cuentas, el objetivo de un juego de mesa, es pasarlo bien, ¿No?

Noticias Similares

No results found

Noticias Destacadas
Menú